Por su parte, el mandatario latinoamericano sostuvo que siempre estuvieron abiertos al diálogo, pero remarcó que “quien define los rumbos de Brasil son los brasileños y sus instituciones”, en alusión a las críticas de Washington contra el Poder Judicial del país
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó el viernes que su homólogo brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, puede contactarlo “en cualquier momento” para discutir el arancel del 50% que su gobierno ha impuesto a productos brasileños. La medida, que entrará en vigor la próxima semana, ha generado un fuerte impacto en las relaciones bilaterales y en el comercio exterior de Brasil.
“Puede hablar conmigo cuando quiera”, declaró Trump ante periodistas antes de trasladarse a su club de golf en Bedminster, en el estado de Nueva Jersey. Consultado sobre qué resultado podría esperarse de ese eventual contacto con el mandatario brasileño, el presidente estadounidense evitó dar detalles: “Ya veremos qué pasa, pero me gusta la gente de Brasil”, agregó.
Las declaraciones de Trump representan su primera apertura pública al diálogo tras semanas de tensiones. El mandatario ordenó el nuevo arancel como represalia política por lo que considera una persecución contra el ex presidente Jair Bolsonaro, su aliado ideológico, actualmente enjuiciado en Brasil por intento de golpe de Estado.
El gobierno estadounidense justificó la medida en una carta enviada el 9 de julio, donde Trump sostuvo que la decisión no responde a intereses comerciales, sino al rechazo hacia lo que calificó como una “caza de brujas” contra Bolsonaro. El viernes, reafirmó esa posición al señalar que “la gente que gobierna Brasil se equivocó”.
El impacto económico de la sanción ya comenzó a generar respuestas en Brasil. El vicepresidente Geraldo Alckmin estimó que el arancel del 50% afectará al 35,9% de las exportaciones brasileñas a Estados Unidos. A pesar de la magnitud de la medida, la Casa Blanca no respondió hasta ahora a los intentos brasileños de iniciar una negociación formal.
Las palabras de Trump generaron una respuesta inmediata de Lula, quien este viernes reiteró su disposición a dialogar. “Siempre estuvimos abiertos al diálogo”, escribió en redes sociales, en aparente referencia a las declaraciones del mandatario estadounidense.
No obstante, remarcó que “quien define los rumbos de Brasil son los brasileños y sus instituciones”, en alusión a los ataques de Washington contra el Poder Judicial del país sudamericano.
La tensión aumentó esta semana luego de que el gobierno estadounidense anunciara sanciones contra el juez Alexandre de Moraes, magistrado del Supremo Tribunal Federal e instructor del caso contra Bolsonaro. La Casa Blanca congeló sus activos en Estados Unidos y lo acusó de restringir la libertad de expresión, en referencia a sus decisiones para retirar contenidos antidemocráticos de las redes sociales.

Trump insistió el viernes en su desconfianza hacia las instituciones brasileñas actuales, pero no descartó una conversación con Lula. La breve declaración, aunque ambigua, marca un cambio de tono respecto a la línea más dura expresada en las últimas semanas por la administración estadounidense.
Hasta ahora, el gobierno brasileño no ha anunciado medidas de represalia, pero Lula afirmó que su administración está trabajando en mecanismos para proteger la economía, las empresas y los trabajadores frente al impacto de los nuevos aranceles.
El contacto entre ambos mandatarios —si finalmente ocurre— marcaría el primer diálogo directo desde que Trump ordenó las sanciones comerciales. No está claro si la posible conversación derivará en un cambio de política, aunque el presidente estadounidense dejó entrever que el desenlace dependerá de los términos que presente el gobierno brasileño.
(Fuente Infobae)