El pontífice brindó un discurso de fuerte contenido cultural en el que advirtió sobre la «erosión preocupante» de las salas de cine
En una ceremonia inusual para el mundo audiovisual, el papa León XIV recibió en el Palacio Apostólico del Vaticano a una comitiva integrada por más de cien figuras de la industria cinematográfica, entre ellas Cate Blanchett, Mónica Bellucci, Spike Lee, Viggo Mortensen, Gus Van Sant, Marco Bellocchio, Albert Serra, Emir Kusturica y los argentinos Gaspar Noé y Laura Citarella. El pontífice brindó un discurso de fuerte contenido cultural en el que advirtió sobre la «erosión preocupante» de las salas de cine y llamó a defender estos espacios como parte esencial del entramado social contemporáneo.
El encuentro se dio bajo una consigna clara: reflexionar sobre el rol del cine como arte popular y como instrumento capaz de recuperar sentido, esperanza y profundidad en sociedades que consumen contenidos cada vez más veloces y condicionados por algoritmos.

Para el pontífice, el séptimo arte conserva un elemento que ninguna tecnología logró reemplazar: la capacidad de iluminar la interioridad humana. «Cuando la luz mágica del cine ilumina la oscuridad, enciende los ojos del alma», afirmó.
El papa fue particularmente enfático sobre la crisis global que atraviesan las salas de exhibición, un fenómeno acelerado en la pandemia pero que continúa profundizándose. «Las salas están sufriendo una erosión que las arrebata de ciudades y barrios. Hay quienes dicen que el cine y la experiencia cinematográfica están en peligro. Invito a las instituciones a no resignarse y a cooperar para afirmar su valor social y cultural», advirtió, ante el aplauso de los asistentes.
La convocatoria, impulsada por el Dicasterio para la Cultura, buscó explorar cómo la Iglesia puede interactuar con la creatividad artística para promover valores humanos y nuevas formas de narración. El mensaje del pontífice apuntó a reivindicar al cine como lenguaje universal. «Es un arte popular en el sentido más noble, que nace para todos y habla a todos», expresó.
La presencia de figuras internacionales dejó también estampas singulares. Cate Blanchett obsequió al papa una pulsera solidaria vinculada a los refugiados, causa que representa como embajadora de ACNUR. «Sus palabras fueron extraordinarias y deberían escucharas los ministros de Cultura del mundo», sostuvo la actriz australiana tras la reunión. Señaló que el pontífice habló de compasión, de mirar el sufrimiento con profundidad y de recuperar humanidad a través de las historias.
En contraste, Spike Lee protagonizó el gesto más excéntrico de la jornada al entregarle al papa una camiseta de los New York Knicks con el número 14 y la inscripción «Papa Leo», una referencia directa a la denominación papal de León XIV. El director explicó que eligió el número porque coincide con el de jugadores de su equipo vinculados a la Universidad de Villanova, donde estudió el pontífice.
El pontífice también alentó a los cineastas a no temerle a la oscuridad del mundo. Sostuvo que la humanidad necesita «testigos de esperanza, belleza y verdad», y que el cine tiene la capacidad de abordar heridas profundas sin caer en el sensacionalismo. «La violencia, la pobreza, el exilio, la soledad, las adicciones y las guerras olvidadas son heridas que piden ser vistas y contadas. El gran cine no explota el dolor: lo acompaña y lo indaga», afirmó.
En un pasaje de alto contenido crítico hacia la lógica digital actual, León XIV cuestionó el impacto de los algoritmos en la producción de contenidos. «No todo debe ser inmediato ni previsible. Defiendan la lentitud cuando es necesaria, el silencio cuando habla y la diferencia cuando provoca», pidió. Y alertó que la belleza no puede reducirse a un consumo rápido: «La belleza no es solo evasión; es, sobre todo, invocación».
El discurso coincidió con un aniversario simbólico para la historia del séptimo arte: los 130 años de la primera proyección pública realizada por los hermanos Lumière el 28 de diciembre de 1895 en París. El papa recordó aquel episodio como el inicio de una revolución cultural que todavía hoy permite narrar la experiencia humana con una potencia inigualable.
(Fuente enteratenoticias.com.ar)



