Rusia prueba palomas espía con implantes cerebrales para tareas de vigilancia

Una empresa vinculada al gobierno ruso asegura controlar aves reales mediante chips neuronales y equipos electrónicos.

Una firma rusa llamada Neiry afirmó estar desarrollando palomas equipadas con implantes cerebrales capaces de modificar su comportamiento en vuelo. La idea es utilizarlas como herramientas de espionaje, combinando el desplazamiento natural de las aves con dispositivos como cámaras, GPS y pequeños módulos electrónicos.

Las palomas intervenidas, identificadas como modelo PJN-1, podrían volar largas distancias y realizar tareas que un dron convencional no puede por su tamaño, ruido o posibilidad de ser detectado.

Cómo funcionaría la tecnología

Desde la compañía explican que los implantes estimulan áreas del cerebro relacionadas con la orientación, lo que permitiría direccionar a las aves a voluntad. Además, cada una lleva una mochila con sensores, lo que permite registrar imágenes, datos ambientales y ubicación durante todo el recorrido.

El proyecto no se limitaría a palomas: también estudian aplicar la misma técnica en cuervos o gaviotas, apuntando a operaciones de vigilancia en zonas costeras o territorios estratégicos.

Críticas y preocupaciones éticas

Expertos en neurociencia, defensa y bienestar animal expresaron preocupación por los riesgos de este tipo de experimentos. Señalan que intervenir el cerebro de un animal con fines militares abre un debate sobre sufrimiento, estrés y posibles abusos.

También advierten que este tipo de tecnologías podría dificultar la detección de operaciones encubiertas, ya que un ave modificada sería prácticamente imposible de distinguir a simple vista de una paloma común.

Un avance polémico en el terreno del espionaje

Si los ensayos prosperan, el uso de «biodrones» marcaría un nuevo capítulo en las tácticas de vigilancia. Combina biotecnología, inteligencia artificial y operaciones clandestinas, lo que plantea la necesidad de regulaciones internacionales claras.

El caso también reaviva una discusión más amplia: hasta dónde debería permitirse el avance científico cuando se mezcla con intereses militares y políticos.

(Fuente enteratenoticias.com.ar)