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La definición del último boleto a octavos de final de la Zona A del Torneo Apertura, minuto a minuto

45′ PT: Novedades en Avellaneda. Santiago Sosa fue expulsado por doble amarilla. Rey Hilfer lo echó por una falta contra Luciano Herrera. Racing se queda con uno menos.

44′ PT: Gol de Defensa y Justicia. Golazo de Gastón Togni para darlo vuelta. Con este resultado, el Halcón se clasifica a los octavos de final.

35′ PT: Gol de Banfield. El Taladro golpea de nuevo con un cabezazo de Río y deja prácticamente sin chances a Central Córdoba.






34′ PT: Gol de Defensa y Justicia. El Halcón igualó en Mendoza y se anima a soñar. Si lo da vuelta, se clasificaría con estos resultados.






30′ PT: Con estos resultados, Newell’s necesita ganar para clasificarse a octavos de final. Por ahora no llega al área de Racing. Solo tuvo un remate débil desde afuera de Luciano Herrera.

26′ PT: Gol de Argentinos Juniors. Nuevamente Molina, tras un grosero error defensivo de la defensa pincha. El Bicho queda puntero de la Zona A.






25′ PT: Gol de Argentinos Juniors. Tomás Molina consigue la ventaja para el Bicho, que compromete la clasificación de Estudiantes.






19′ PT: Lo tuvo Racing. Maravilla Martínez recibió dentro del área, giró y quiso ajustarla contra el palo, pero se fue apenas afuera.

18′ PT: Gol de Independiente Rivadavia. Lo hizo Luciano Gómez. De esta forma, Defensa se queda sin chances de clasificación.






12′ PT: Argentinos es superior a Estudiantes en el inicio del juego en La Paternal. El Bicho maneja la pelota con mayor precisión y registró los primeros remates al arco. Román Vega forzó una atajada de Matías Mansilla y Nicolas Oroz intentó sorprender sin éxito con un disparo frontal a distancia.

10′ PT: En Avellaneda, la iniciativa es de Racing ante un Newell’s que se agrupa atrás y por ahora no pudo generar peligro. Las de la Academia fueron aproximaciones, pero preocupó al rival.

9′ PT: Los primeros minutos de partido en el Bautista Gargantini se desarrollaron con un intenso ida y vuelta, ya que ambos equipos llegan con facilidad al último tercio rival. Tanto Defensa como Independiente Rivadavia ya tuvieron claras situaciones de gol.

1′ PT: Gol de Banfield. El Taladro arranca arriba ante Central Córdoba. El autor del tanto fue Martín Río.






Arrancaron los cuatro partidos al unísono.

Equipos en cancha en los cuatro estadios. Se viene la definición del octavo puesto en la Zona A.

Los 7 que ya están clasificados de la Zona A:

Boca

Argentinos Juniors

Huracán

Tigre

Racing

Independiente Rivadavia

Barracas Central

Los sueños del Ferroviario se pondrán en marcha con esta formación:

El León se juega sus últimas fichas con estos once:

Así sale Defensa y Justicia:

Formación confirmada de Newell’s:

Para Central Córdoba es casi una misión imposible:

Para que el Ferroviario se clasifique a los octavos de final tienen que darse cuatro resultados: 1) ganarle a Banfield de visitante; 2) que Estudiantes pierda con Argentinos Juniors; 3) que Newell’s no le gane a Racing; y 4) que Defensa no le gane a Independiente Rivadavia.

Defensa y Justicia tiene que ganar y mirar a otras canchas:

Al Halcón de Florencio Varela solamente le servirá sumar de a tres. Pero, además, su clasificación dependerá de una derrota de Estudiantes ante Argentinos Juniors y un traspié de Newell’s en Avellaneda. Esto se debe a que los rosarinos tienen un gol más a favor en la diferencia. Si la Lepra gana, Defensa tendrá que hacerlo por una distancia mayor.

Newell’s, obligado a ganar y esperar:

La Lepra tiene que ganarle sí o sí a Racing y aguardar por una derrota de Estudiantes, ya que a igualdad de puntos con el Pincha, está en desventaja con la diferencia de gol. Además, tendrá que tener un ojo puesto en el resultado de Defensa y Justicia, con el que comparta puntaje y aventaja por un tanto en diferencia de gol. Si se clasifica, el Rojinegro podría toparse con Rosario Central en octavos.

Estudiantes de La Plata, el único que depende de sí mismo:

Si el Pincha le gana a Argentinos Juniors en La Paternal, se asegurará un lugar en la siguiente fase del torneo y tendrá que esperar por los resultados de Independiente Rivadavia de Mendoza y Barracas Central para saber si lo hará en el sexto, séptimo u octavo lugar.

La tabla de posiciones del Torneo Apertura 2025:

Así es el cronograma de la definición:

¡Bienvenidos al minuto a minuto de la definición del último clasificado de la Zona A en el Torneo Apertura 2025!

Es uno de los grandes hits de Guns N’ Roses, pero surgió de casualidad

Guns N' Roses

Una de las canciones más emblemáticas de Guns N’ Roses nació de forma curiosa, no de la inspiración ni de una experiencia propia, sino del aburrimiento y la burla. “Sweet Child O’ Mine”, la balada que catapultó a la banda al estrellato mundial, surgió como un chiste en los ensayos que, para disgusto de Slash, terminó convirtiéndose en el éxito más grande de su carrera.

A mediados de los años 80, los Guns eran una banda salvaje, con una identidad moldeada por el caos y el hard rock de grupos como AC/DC. Slash, Axl Rose, Duff McKagan, Izzy Stradlin y Steven Adler apenas lograban mantener la nave a flote, pero su entrega total a la música era innegable. Con Appetite for Destruction (1987) firmaron una obra debut que no solo definió una década, sino que marcó un antes y un después en la historia del género.

Sin embargo, entre la euforia de “Welcome to the Jungle” y la adrenalina de “Nightrain”, se coló algo inesperado: una balada casi optimista. Y aunque hoy acumula miles de millones de reproducciones, Slash nunca la vio venir. “La odié durante años. Pero causaba una reacción tan fuerte que finalmente aprendí a quererla”, confesó el guitarrista en una entrevista recuperada por Far Out Magazine.

Guns N’ Roses
Guns N’ Roses

Una improvisación de Slash dio origen al track

La génesis de “Sweet Child O’ Mine” es casi caricaturesca. Mientras Slash improvisaba una especie de arpegio para matar el tiempo en un ensayo -que él mismo comparaba con música de circo-, Rose detectó algo especial: la oportunidad de canalizar una faceta más íntima que rara vez se permitía mostrar.

“Si hacíamos baladas, eran blueseras”, explicó Slash en una entrevista con WEBN. “‘Sweet Child O’ Mine’ era una balada uptempo. En ese momento me pareció una de las cosas más gay que podías escribir. No la critico, es una gran canción… pero no encajaba con lo que éramos como banda. Y, por supuesto, terminó siendo el mayor hit que tuvimos”, agregó.

Guns N' Roses
Guns N’ Roses.

Cómo fue que tomó forma

A pesar del escepticismo, la canción tomó forma. Rose escribió una letra inspirada en su entonces pareja, Erin Everly, y en recuerdos de la infancia marcados por la melancolía. “La línea sobre el cielo azul viene de uno de mis primeros recuerdos: mirar el cielo y desear desaparecer en él porque era tan hermoso”, contó el cantante a Los Angeles Times.

El riff, que Slash había compuesto con influencias que iban de Cream y Jeff Beck a Gerry Rafferty y Manfred Mann, terminó siendo tan reconocible como el de canciones como “Satisfaction” de los Rolling Stones o “Baba O’Riley” de The Who. Lo que comenzó como una burla, se transformó en uno de los riffs más icónicos en la historia del rock.

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Qué dice The New York Times sobre El Eternauta, la nueva y “muy digna” serie argentina en Netflix

Algo que puede decirse con certeza de El Eternauta, la muy digna serie de invasión alienígena de Netflix, es que no es mala, pero realmente conviene haber leído el libro primero. Suponiendo que encuentren un ejemplar…

Descubrí El Eternauta, una joyita del pulp publicada como historieta en la Argentina a partir de 1957, cuando Fantagraphics Books lanzó una edición de lujo en formato novela gráfica en 2015, la primera vez que era publicada en inglés. El volumen, hermosamente encuadernado, costaba 50 dólares, así que lo pedí prestado en la biblioteca.

Ricardo Darín en la piel de Juan Salvo, el protagonista de El Eternauta (Foto: Marcos Ludevid / Netflix)

Ahora saltamos a este año, cuando Netflix anunció su adaptación de El Eternauta con actores, y empecé a buscar nuevamente el libro, que como está agotadísimo, ahora se consigue a 350 dólares de revendedores online. Y como una consecuencia sin dudas directamente relacionada con eso, en la Biblioteca Pública de Nueva York, el ejemplar que había ya no está en ninguno de sus estantes… Así que los angloparlantes que no puedan gastar 350 dólares por una copia usada están sin suerte.

Esa escasez es sin duda una señal del poder que El Eternauta puede ejercer sobre la imaginación de los entusiastas. Escrito por Héctor Germán Oesterheld con ilustraciones de Francisco Solano López, el cómic se desarrolla en una Buenos Aires que es repentinamente azotada por una nevada misteriosa que mata a las personas al solo contacto, derribándolas al suelo. Un grupo de amigos reunidos para jugar a las cartas sobreviven atrincherados en la casa de su anfitrión, y poco a poco idean maneras de salir al exterior nevado para conseguir provisiones e información, que es cada vez más alarmante.

El ingenio de Oesterheld y los dibujos y sombreados engañosamente sencillos y ominosamente expresivos de Solano López dan por resultado una historia de terror de ciencia ficción de una singularidad poco común. A medida que los sobrevivientes se aventuran al exterior y regresan, las imágenes oscilan entre la ansiosa claustrofobia y una desolación inquietante y absoluta, entre lo excesivamente familiar y lo radicalmente siniestro. Con los equipos de respiración subacuática que adaptan a sus trajes de supervivencia, los protagonistas parecen buzos navegando lentamente en un mar seco y letal.

El Eternauta se convirtió en un clásico de la cultura pop argentina, impulsado por la elevación a la categoría de santo laico de Oesterheld, un izquierdista comprometido cuya obra se fue volviendo más abiertamente política con el tiempo. Tras unirse a un grupo guerrillero que se oponía a una de las sucesivas dictaduras militares del país, Oesterheld fue secuestrado en 1977 y desde entonces uno de los desaparecidos, junto a sus cuatro hijas.

A lo largo de los años, varios directores argentinos y españoles de renombre, desde Adolfo Aristarain hasta Álex de la Iglesia, hablaron de adaptar El Eternauta a la pantalla, y Lucrecia Martel, dos veces nominada a la Palma de Oro, dedicó más de un año a trabajar en un guion. De hecho, el propio Oesterheld en su momento participó en un proyecto de serie animada de televisión que no prosperó.

El ganador de esa oportunidad fue finalmente Bruno Stagnaro, cuya versión de El Eternauta en seis episodios que se estrenó el miércoles cumplió con los requisitos de la familia Oesterheld de ser en español y estar ambientada en Buenos Aires.

La primera temporada de El Eternauta consta de seis episodios que ya se pueden ver por Netflix

El Eternauta fue adaptado a la era de los celulares y el elenco principal de personajes fue ampliado, pero sigue las líneas generales de la historia de Oesterheld. Cae la nieve tóxica, aunque ahora con el acompañamiento sonoro de un viento constante, una espectralidad diferente al del silencio de la lectura. Es crucial mantener cubierto cada centímetro de piel, con abrigos, ponchos o bolsas de plástico, da igual. Y aparecen los bichos gigantescos.

Esa fidelidad con la historia es fácil de mantener porque la temporada es acotada: los seis episodios terminan aproximadamente en el punto en que el libro da un giro hacia convertirse en una sorprendente novela pulp hecha y derecha, con un toque particular de idealismo anti-Guerra Fría y de “maldita plaga”. Para que los espectadores contemporáneos no la abandonen, una segunda temporada de la serie tendrá que esforzarse más en ese sentido.

El trabajo de Stagnaro, creador, director y uno de los cinco guionistas de la serie, ha sido muy meritorio. Junto a su director de fotografía, Gastón Girod, han dotado los paisajes urbanos nevados, llenos de cadáveres y vehículos siniestrados, de una belleza sobrecogedora. Y la acción es legible y puede seguirse, aunque por momentos el rostro y el cuerpo tapados pueden causar una confusión momentánea para reconocer a los personajes. (De hecho, a veces esa confusión resulta ser un recurso dramático).

Stagnaro ha hecho una importante concesión al gusto del público contemporáneo, y aunque no se lo puede culpar —simplemente hace lo que hacen todas las adaptaciones de streaming—, es una decisión que hace que la serie sea más común de lo que podría ser.

La serie sigue las líneas generales de la historia de Oesterheld

El director tomó la historia de un pequeño grupo de personas con algunas características de personalidad y les superpuso capas y capas de detalles melodramáticos y de misterio, “humanizando” a los personajes, o sea transformando una historia de acción y terror ligeramente kitsch con fundamentos filosóficos en algo que es al menos un 50% de telenovela de buen gusto. Menos La Guerra de los Mundos, y más The Last of Us: esa es la estrategia predominante en las series dramáticas actuales, y tener éxito es más difícil de lo que la gente quiere admitir. Esa es una de las principales razones por las que la mayoría de las series dramáticas actuales transmiten la misma sensación.

No he hablado mucho sobre los detalles concretos de la trama de El Eternauta, en gran parte por deferencia a Netflix, que proporcionó una lista de “no spoilers” tan larga que mejor no decir nada. (Por las dudas, de los bichos no se enteraron por mí). También nos sugirieron que solo un actor debía ser identificado con el personaje, la estrella argentina Ricardo Darín, quien interpreta a Juan Salvo, líder de los supervivientes. Así que ahí está. Él es el bueno.

La primera pregunta que podría hacerse alguien sobre la serie es una que definitivamente no tengo permitido responder: ¿Qué o quién es un “eternauta”? El libro, con su estructura semivictoriana, da la respuesta de inmediato, pero la serie no. Así que tendrán que esperar, o gastar los 350 dólares en un ejemplar usado.

(Traducción de Jaime Arrambide)

Tigre vs. Boca, por el Torneo Apertura 2025: día, horario, TV y cómo ver online

Tigre y Boca se enfrentan este domingo en el marco de la última fecha del Grupo A del Torneo Apertura 2025. Ambos equipos ya están clasificados a octavos de final, pero aún no saben en qué posición avanzarán de ronda. El partido está programado para las 18 en el estadio José Dellagiovanna, con arbitraje de Facundo Tello y televisación de TNT Sports. El minuto a minuto está disponible en canchallena.com.

La ubicación en la que termine cada uno en las tablas de posiciones es importante porque a partir de ello se definirá la localía en los cruces de las próximas etapas, con excepción de la final, programada para el 1° de junio a las 15.30 en el estadio Madre de Ciudades de Santiago del Estero. En ese contexto, por ejemplo, los líderes de cada una de las zonas serán anfitriones en octavos, cuartos y semifinales, siempre que avancen en el cuadro.

El Matador se ubica en el cuarto lugar de su grupo y puede aspirar, como mucho, al tercero. Para conseguirlo, debe ganar este domingo y esperar a que Argentinos Juniors empate o pierda con Barracas Central. En contrapartida, podría descender hasta el séptimo puesto si pierde y Racing, Independiente Rivadavia y el Guapo -este último por goleada- derrotan a Newell’s, Defensa y Justicia y el Bicho.

El xeneize, que afrontará el último tramo del certamen con Mariano Herrón como DT interino tras la desvinculación de Fernando Gago lidera la zona, por lo que espera mantener la posición para ser anfitrión en todas las series de eliminación directa. Únicamente lo puede superar Argentinos, pero para eso debe sumar de a tres y esperar a que Boca pierda. Incluso, al Bicho podría alcanzarle con un empate, atendiendo a una mejor diferencia de gol.

Mariano Herrón será, nuevamente, el DT interino de Boca en el último tramo de un torneo

Tigre vs. Boca: todo lo que hay que saber

  • Fecha 16 de la zona A del Torneo Apertura 2025.
  • Día: Domingo 4 de mayo.
  • Hora: 18.
  • Estadio: José Dellagiovanna.
  • Árbitro: Facundo Tello.

Tigre vs. Boca: cómo ver online

El encuentro está programado para este domingo a las 18 en Victoria y se puede ver en vivo por televisión a través de TNT Sports. Quienes cuenten con Flow, Telecentro Play o DGO, en tanto, pueden sintonizar la señal directamente a través del cableoperador. En todos los casos se requiere tener una suscripción activa y contratado el “Pack Fútbol”. El minuto a minuto con estadísticas actualizadas en tiempo real está disponible en canchallena.com.

  • TNT Sports.
  • Flow – TNT Sports.
  • Telecentro Play – TNT Sports.
  • DGO – TNT Sports.
  • Minuto a minuto: canchallena.com.

¿Qué dicen las apuestas?

En las principales plataformas de pronósticos deportivos alrededor del planeta, Boca corre con ventaja para quedarse con la victoria en el encuentro de este domingo. En caso de lograrlo, las casas de apuestas pagan cuotas de hasta 2.59 contra los 3.26 que se repagan por un hipotético triunfo de Tigre. El empate en tiempo reglamentario, por su parte, cotiza cerca de 3.13.

Según las apuestas y a pesar de ser visitante, Boca es el favorito al triunfo ante Tigre

Alta gastronomía. “Lo que no quiero es estar sentado 4 o 5 horas en la mesa de un restaurante”, dice el cocreador de Noma

Fuego y hielo. O, en danés, “il” e “is”, térmicos que se unen en Ilis, el nombre del innovador y exitoso restaurante que el danés Mads Refslund abrió en 2023 en Nueva York, con una propuesta basada en los opuestos. Allí, los comensales pueden dejarse llevar por el menú en una suerte de omakase en el que la cocina conjuga los 16 ingredientes típicos de la costa este norteamericano (almejas y ostras, entre otros), o por el contrario decidir ellos mismos cuáles de esos ingredientes darán forma a un menú que armarán al estilo “elige tu propia aventura”, decidiendo el orden, tipo de cocción e incluso su punto.

Innovador como pocos, Refslund tiene en su currículum el haber sido el cofundador de Noma, restaurante de Copenhague ícono de la vanguardia gastronómica de este milenio, que llegó a obtener 3 estrellas Michelin y a ser considerado por distintas publicaciones y rankings el mejor restaurante del mundo. Afincado en Nueva York, con Ilis Refslund aplica su concepto de “simpleza” y “pureza” danés al repertorio de la gastronomía de la costa este. De visita en Buenos Aires, para llevar adelante una serie de cenas junto a su colega Tomás Kalika en Mishiguene, Refslund habla sobre su cocina y sobre nuestra cocina, sus puntos contacto.

Mads Refslund abrió en 2023 el restaurante Ilis, en Nueva York

–¿Cómo es la cocina nórdica o cómo la venís pensado desde tus comienzos en Noma?

–La cocina nórdica para mi tiene que ver con el lugar y con las estaciones. Esa es la idea con la trabajamos con René Redzepi, en Noma, buscando construir una nueva cocina de la región, aunque ahora utilizamos pimientos y chiles… Pero en los primeros días, cuando todo esto empezó en 2002, la idea era realmente obtener un ADN de los países nórdicos. Y eso tenía que ver con no utilizar cosas que no crezcan allí. Más tarde se volvió en una definición de limpieza y de simplicidad en la comida, al menos para mi. De dejar que la tierra hable y no exagerar la comida mezclando demasiadas cosas. Hacerlo más simple. De modo que hoy cocina nórdica es más un estilo con el foco en la profundidad de los sabores. No es como la cocina francesa o española, que tiene que ver más con la mezcla de ciertos ingredientes. Al principio fue muy difícil, íbamos de acá para allá como gallinas sin cabeza. Pero pienso que cuando más cocinás con aquello que tenés a tu alrededor ahí encontrás tu ADN.

–¿Hoy que tenés base en Nueva York seguís haciendo cocina nórdica?

–No cocino cocina nórdica nueva más, porque hace años que estoy en los Estados Unidos. Por supuesto que tengo ese ADN de Dinamarca, de usar mucha fermentación, vinagres, picles, pero también viajo mucho a México y a Sudamérica, y hoy también tengo lo picante y las frutas tropicales. Aquí en Nueva York, que es como un gran melting pot, me encontré con todas las culturas diferentes en un plato. Y decís “guau, es maravilloso”. Y también te preguntás qué es la cocina americana. No son las papas fritas, ¿la hamburguesa? quizás; ¿mac&cheese?, ¿sopa de almejas? Como en todos los lugares en el mundo, cada región es diferente. Por eso fui al mapa de Nueva York para ver qué producía en los viejos tiempos. Así es cómo hoy mi cocina uso más plantas y productos del océano, que van cambiando con las temporadas. Y también está basada en el fuego y el hielo.

Cocina del restaurante Noma, distinguido cuatro años consecutivos como el mejor del mundo entre 2011 y 2014

–¿Cómo es eso?

–Ilis, el nombre de mi restaurante significa fuego y hielo en danés. Estoy muy interesado en los contrastes y en los opuestos. Caliente y frío, blanco y negro, aceite y agua. Por eso es que en la cocina tenemos un gran espacio de hielo y en el otro un gran fuego.

–Dame un ejemplo de un plato que represente este concepto de cocina.

–Tenemos un plato basado en un pescado plano, el falso halibut de Long Island, del que tomamos la parte de la panza, la parte blanca, y la cortamos como sashimi, para después volverla a poner adentro junto al hueso. Luego, tomamos la carne negra del pescado y la cocinamos a la parrilla. Algo parecido hacemos con la langosta: la cola la servimos cortada estilo sashimi y el resto lo pasamos al grill. Son dos ejemplos de usar todo el animal, pero una parte pasada por fuego y otra por hielo.

–Al menos al principio tu restaurante no tenía meseros, ¿cómo fue la experiencia?

– En Nueva York está muy dividido lo que es el salón y lo que es la cocina. Los cocineros trabajan muy duro pero no recibe parte de la propina. Lo que hicimos al principio fue contratar un montón, para que estén una parte dos semanas en la cocina y la otra dos semanas en el salón, y después rotaban. Pero nos dimos cuenta que los cocinero realmente no quieren servir la comida, quieren cocinar. Y ahora tenemos mozos. Sí lo que vimos es que es muy importante que uno tenga alguien en el salón que conozca bien la comida como la conoce el cocinero y pueda guiar al comensal.

–¿Cómo funciona la carta en Ilis? Es algo así como un “elije tu propia aventura, ¿no?

–Hay dos menús. Uno funciona como un gran mercado: llevamos a la mesa un carro con unos 16 ingredientes, para que el comensal elija cuáles quiere. Las entradas y los postres las elegimos nosotros pero en el medio cada uno crea su propio menú con un mínimo de 4 ingredientes y un máximo de 16. Ahora, si no quieren elegir, nosotros armamos el menú al estilo omakase a partir de los mismos 16 ingredientes, que además van cambiado a través de las semanas y las estaciones.

–¿La forma de cocción también la elige el comensal?

–Nosotros recomendamos. Si tenemos ostras, por ejemplo, preguntamos si las quieren crudas o cocidas y las hacemos como las quiera cada comensal.

–¿Cómo reaccionan los comensales a esta propuesta?

–La gente piensan que es algo nuevo, algo diferentes, pero no es tan diferente a lo que s ir a una carnicería o una pescadería. Es como tener un mercado completo delante tuyo. No es nuevo pero si es diferente a lo que uno ve en la ciudad. Por supuesto que a veces hacemos algunos ajustes: si ordenás un montón de platos grandes te recomendamos que quizás no debas pediros todos a menos que tengas mucho hambre. Por eso nuestro rol importante es de ser esos guías en el campo, en el mercado. Si vas a un restaurante con menú regular y pedís todos los platos seguro va a ser exagerado, y si nadie te dice nada para vender más es porque es un mal servicio.

–¿Qué opinás de los largos menúes de pasos?

–Hasta cierto punto me gusta tener muchos pasos pequeños. Lo que no quiero es estar sentado unas 4 o 5 horas. Si el restaurante puede manejar un ritmo rápido y uno puede terminar en 3 horas, perfecto. También depende de mi estado de ánimo. No quiero sentarme a comer menúes de pasos todos los días, sino en ocasiones especiales.

Mads y Tomás Kalika (Gentileza Tuti Gianakis Remix)

–¿Qué tal tu paso por Buenos Aires y sus restaurantes?

–Esta es mi segunda visita. La primera vez que vine pensé que iba a comer demasiada carne, y la verdad es que nunca comí carne tan buena. No como mucha carne, pero si cuando vengo acá. Es increíble lo buena que es, es la mejor carne del mundo para mí. Me encanta también la comida de mar de Buenos Aires, creo que la deberían usar más porque es espectacular.

–¿A qué restaurantes fuiste?

–Tomás [Kalika] me llevó a un montón de lugares. Fui al restaurante de 2 estrellas Michelin [Aramburu], es muy creativo. Entiendo que hay que muchos restaurantes de alto nivel en esta ciudad, como Mishiguene que hace una cocina de corazón, de familia. También fui a Don Julio: es hermoso, amo la simpleza de su forma de cocinar. Es una pieza de carne y si es temporada de tomates, hay tomates. Amo eso. Es muy japonés en cierto sentido, y al mismo tiempo nórdico. A mi me encanta la pureza: cuanto más puro y más simple más me gusta. Y fuera de los restaurantes, fui el fin de semana a la cancha a ver Boca-River… ¡y era una locura!

El extraño acuerdo que mantiene unidos a Danny DeVito y a Rhea Perlman

Después de más de 30 años de relación, tres hijos y dos nietos y varias separaciones, Danny DeVito y Rhea Perlman demostraron que es posible mantenerse unidos y felices: el celebrado pingüino de Batman regresa y la estrella de la icónica serie de los 80 Cheers aparecieron juntos en un evento benéfico y captaron la atención de todos por la buena onda entre ellos.

DeVito, de 80 años, y Perlman, de 77, encontraron la forma de llevarse bien, pese a haber tomado distancia

DeVito, de 80 años, y Perlman, de 77, fueron invitados juntos y no como individuos, como si fueran una pareja vigente, a la edición número 33 de la Gala Anual de Campeones por la Infancia de la Alianza por los Derechos de los Niños que se realizó en Beverly Hills. Lejos de oponerse a la idea, los artistas respondieron el convite, y hasta combinaron sus looks para la ocasión: De Vito usó un traje negro con una camisa a rayas en color verde, mientras Perlman optó por un outfit total black.

Cuando llegó el momento de las fotos, Danny DeVito posó orgulloso con su ex. La expareja todavía está legalmente casada, pese a que se separaron en 2012, volvieron un año después y en 2017 rompieron después de 35 años como marido y mujer. Luego subieron juntos al escenario de Beverly Wilshire para entregarle a la ex estrella de Ghosted, Ally Walker, y al presidente de FX, John Landgraf, el premio Champions for Children.

Separados de hecho, juntos en los papeles

Danny DeVito y Rhea Perlman

Según recordó el diario inglés Daily Mail, la actriz blanqueó el estado civil de la pareja en el podcast Wiser Than Me en 2023, seis años después de la última ruptura. “Seguimos casados”, confirmó y dejó en evidencia el extraño acuerdo que sostiene con su exmarido. “Y seguimos siendo muy buenos amigos y nos vemos mucho. Y nuestra familia sigue siendo lo más importante para ambos”, agregó.

Pese a que lograron una entrañable relación con el paso del tiempo, no todo fue tan simple. “Al principio fue muy difícil. Y hubo muchas razones por las que nos separamos, en las que no voy a entrar. Pero nos llevó tiempo llegar a este entendimiento y a esta relación bastante decente entre nosotros”, sumó.

“Seguimos haciendo cosas juntos y también las hacemos por separado. Puede sonar extraño, pero seguimos coincidiendo en muchas cosas, que para nosotros tienen sentido. Estoy muy, muy satisfecha de que Danny y yo hayamos sido capaces de navegar por días muy duros, para acabar teniendo otro tipo de relación”, contó en una entrevista con la revista People. En 2019, en una charla con ese mismo medio, DeVito también había hablado de su ex: “Somos amigos. Estamos felices. Todos están felices”.

Un amor que se transforma

Danny DeVito y Rhea Perlman, en una escena del film Matilda

Perlman conoció a DeVito en 1971, después de ver su actuación como un mozo de cuadra demente en la obra del circuito off de Broadway, The Shrinking Bride, y el flechazo fue instantáneo. “Lo vi y no le podía sacar los ojos de encima, tenía que conocerlo. Así que al ir a camarines, lo primero que le pregunté a mi amiga era si su compañero tenía novia y por suerte estaba soltero”, recordó la actriz años más tarde.

La cuatro veces ganadora del Emmy se mudó al apartamento de Manhattan del ahora también productor dos semanas después, y luego tuvo un papel de cinco episodios como Zena Sherman, la novia de su personaje en la serie Taxi, Louie De Palma, entre 1979 y 1982. Cuando Taxi terminó, en 1982, la pareja se casó. Y DeVito comenzó a crecer gracias a proyectos de cine como Batman regresa, La joya del Nilo, Tira a mamá del tren, La guerra de los Roses y Gemelos.

Los artistas volvieron a trabajar juntos en Matilda, la versión cinematográfica del libro infantil homónimo de Roald Dahl, que DeVito dirigió, produjo y además actuó. El matrimonio, que en la pantalla era bruto y despiadado, en la vida real había formado una familia de cinco junto a sus hijos Lucy, Grace y Jacob. Hoy, además, son abuelos de Sinclair y Carmine.

Una ruptura que parece definitiva

Danny DeVito, en 2011, junto a sus hijos y a Rhea cuando recibió su estrella en el paseo de la fama

Parecía una de las parejas más estables y duraderas de Hollywood, pero en octubre de 2012 sorprendieron a todos al anunciar su separación, que disparó muchas especulaciones, pero que tenía una sola razón detrás: ya no se soportaban, aunque el amor seguía intacto.

Solo seis meses más tarde volvieron a mostrarse juntos, en marzo de 2013, y todo parecía haber vuelto a la normalidad. Pero en 2017 dieron a conocer que estaban nuevamente separados, esta vez para siempre. Sin embargo, los dos parecen estar más cerca que nunca, aunque no como pareja.

El Eternauta: el significado detrás del nombre de la nueva serie furor de Netflix

Se terminó la espera y finalmente Netflix estrenó, este miércoles, en todo el mundo la primera temporada de El Eternauta. Se trata de la esperada adaptación de la icónica historieta creada por Héctor Germán Oesterheld y Francisco Solano López, publicada por entregas a fines de los años 50 en la revista Hora Cero y consagrada con el tiempo como una de las novelas gráficas más influyentes de la ciencia ficción. Dirigida por Bruno Stagnaro y escrita en colaboración con Ariel Staltari y Martín M. Oesterheld, la serie transcurre en la Argentina actual, durante una sofocante noche de verano en Buenos Aires, cuando una nevada mortal comienza a caer y transforma todo para siempre. En medio del furor por el estreno, muchas personas comenzaron a preguntarse qué significa la palabra Eternauta, un término clave dentro del relato que despierta curiosidad por su carga simbólica y su profunda conexión con el mensaje de la obra.

La palabra Eternauta no es un simple nombre, sino una construcción cargada de sentido. Al descomponerla, surge “eter-”, una raíz que remite al éter, lo eterno, aquello que trasciende el tiempo, y “-nauta”, del griego nautēs, que significa navegante o viajero. Así, Eternauta puede interpretarse como el “viajero de la eternidad” o el “navegante del tiempo”, una figura que no solo transita por el espacio, sino también por distintas dimensiones temporales, marcadas por el dolor, la resistencia y la memoria colectiva. Es un título que anticipa no solo una historia de ciencia ficción, sino también una travesía filosófica y política.

El Eternauta se estrenó este miércoles 30 de abril y ya está dando que hablar (Foto: Netflix)

Esta noción de viaje eterno se potencia al entender las raíces literarias de la historia, puesto que Héctor Germán Oesterheld se inspiró en la figura clásica de Robinson Crusoe, el náufrago de la novela de Daniel Defoe. Pero mientras aquel personaje buscaba sobrevivir en soledad en una isla desierta, Juan Salvo, el protagonista de El Eternauta, se enfrenta a un mundo en guerra, hostil y devastado, pero lo hace acompañado. La supervivencia, entonces, no es individual: Oesterheld propone una visión más humana, en la que el valor reside en la solidaridad, el trabajo en equipo y el sacrificio colectivo.

Entonces, se puede decir que El Eternauta no es solo Juan Salvo, sino cada persona que resiste, que se mantiene en pie ante lo desconocido, que lucha junto a otros frente a la opresión o la catástrofe. En esa figura del viajero eterno, que atraviesa tormentas de nieve mortal y batallas imposibles, se presenta también una metáfora de la resistencia argentina, de quienes avanzan incluso cuando el futuro parece incierto.

La trama de El Eternauta, la serie que da que hablar en Netflix

El Eternauta, en Netflix: el tráiler de la serie con Ricardo Darín

El Eternauta narra la historia de Juan Salvo, un hombre que, junto a su familia y amigos, se ve atrapado en una Buenos Aires sumida en el caos tras una nevada mortal que acaba con gran parte de la población. Lo que al principio parece una catástrofe climática, pronto se revela como el primer paso de una invasión extraterrestre. A partir de ese momento, los personajes deben organizarse, resistir y luchar para sobrevivir, en una trama que pone en el centro la importancia de la solidaridad y la acción colectiva frente a la adversidad.

La serie, producida por Netflix y ambientada en la Argentina actual, combina elementos clásicos de la ciencia ficción con un fuerte mensaje social y político. Con una destacada puesta en escena y un elenco encabezado por Ricardo Darín, El Eternauta no solo busca cautivar por su historia atrapante, sino también rendir homenaje al espíritu original de la historieta de Oesterheld, que retrata la resistencia de un pueblo frente a lo desconocido y lo devastador.

El Eternauta: coincidencias y diferencias entre la historieta y la serie

En su primer libro, precisamente titulado Comienzos, el gran crítico cultural Edward Said dice que un comienzo es un acto de interpretación, establece el modo en el que un autor estructura el significado de su texto. El comienzo de El Eternauta, la miniserie creada, coescrita y dirigida por Bruno Stagnaro (Pizza, birra, faso, Okupas) basada en la ya legendaria historieta de Héctor G. Oesterheld y Francisco Solano López, impone una distancia entre las dos obras. La primera escena de la serie transcurre en un lugar jamás visitado por la historieta, un velero en medio del río, y con un tipo de personaje prácticamente ausente en el original: mujeres. Tres amigas navegan por la oscuridad cuando la luz verde de una aurora ilumina el cielo; al mismo tiempo, la costa desaparece a causa de un apagón masivo y un silencioso copo de nieve cae sobre la cubierta del barco en plena noche veraniega. Así es cómo se acaba el mundo.

Una de las primeras escenas de El Eternauta

Es un comienzo que nos dice que no se va a reverenciar la obra de Oesterheld como un texto sagrado sino que la serie se atreverá a cambiar, agregar o corregir todo lo que considere necesario. Paradójicamente, lo que sigue a este prólogo es el episodio más fiel al cómic de los seis que constituyen la primera temporada. Casi todo el mundo conoce, al menos a grandes rasgos, ese punto de partida: una noche de truco entre los amigos Juan Salvo, Favalli, Lucas y Polsky, la sorpresa de una nevada en Buenos Aires, el descubrimiento siniestro de que el contacto de los copos con la piel es letal y la confección casera de un traje aislante para salir a calle, a la inesperada aventura de encontrarse con una invasión alienígena en Vicente López. Desde ese territorio común entre el cómic y la serie, Stagnaro se adueña cada vez más de la historia y la acerca a su obra previa, incluso hasta su lejano cortometraje Guarisove, sobre la guerra de Malvinas.

A partir del capítulo dos, cada episodio tiene una larga peripecia que no está en la historieta y que, por lo general, tiene más que ver con las tensiones entre sobrevivientes y la paranoia de no saber si los otros son amigos o enemigos que con la lucha directa contra fuerzas extraterrestres. Stagnaro declaró que uno de sus proyectos cinematográficos nunca realizados estaba centrado en el estallido de una guerra civil en el país. Evidentemente, algunas de esas ideas llegaron hasta aquí. La serie circula en una doble dirección: amplios desvíos argumentales propios para después volver a un momento emblemático de la historia de Oesterheld.

Más allá de la gran cantidad de cambios puntuales que seguramente serán debatidos (Salvo está divorciado; Favalli, casado; el tornero Franco es ahora el motorman de una locomotora, etc), la modificación general más notoria, a la vez, es y no es una separación del original: el cómic se ubica en el presente de su publicación, la Argentina de fines de la década del 50, y la serie hace lo mismo, es decir, también transcurre en el presente de su aparición, que es el nuestro. El cambio de época implica necesariamente otro conjunto de alteraciones: surgen en el paisaje urbano los supermercados chinos, los repartidores de apps en bicicleta y los cacerolazos por cortes de luz. Hay otros cambios que también se sienten como correcciones necesarias, como la aparición de más personajes femeninos (una modificación que el propio Oesterheld había encarado en la segunda versión de la historia, publicada nada menos que por la revista Gente en 1969 -con extraordinarios dibujos de Alberto Breccia- y suspendida por la propia revista con una bochornosa carta de disculpa a los lectores, no por la suspensión sino por la publicación de la historieta).

Carla Peterson interpreta a Elena, la exmujer de Juan Salvo

En la versión original solo hay tres personajes femeninos: una esposa y madre (Elena), una hija (Martita) y una tentadora con medias de red y tacos altos que, a través de mentiras y seducción, intenta llevar a los protagonistas a una trampa. Las mujeres no tienen mucho para elegir: santa o prostituta. Sus destinos son igualmente limitados: la seductora termina muerta mientras que las otras dos cumplen la función pasiva de la dama en peligro a ser salvada por el héroe. Claramente, los personajes femeninos están representados a través del filtro de una mirada masculina muy estigmatizante que no es plena responsabilidad de Oesterheld sino que tal era el tratamiento estándar de las mujeres en los géneros populares de medio siglo o más años atrás. En la serie, en cambio, Elena (Carla Peterson) es una médica que participa competentemente de la resolución de los problemas que se presentan, igual que la repartidora venezolana Inga (Orianna Cárdenas) o la adolescente Pecas (Paloma Alba), líder de un grupo de jóvenes sobrevivientes.

Andrea Pietra es Ana, un personaje creado para la ficción

La elección de Ricardo Darín para el rol de Juan Salvo supuso otra transformación que despertó polémica desde antes del estreno de la serie: Darín tiene 68 años, mientras que en la historieta Salvo es un hombre joven. Sin embargo, no hay un nombre más evidente para encabezar una producción de semejante costo y semejante carga simbólica. Es que, más allá de su calidad actoral o poder de convocatoria, Darín aporta al rol su propio peso como el actor más exitoso de la historia del cine argentino y la única estrella local con gran reconocimiento internacional. Su relevancia se transmite al personaje. Pero hay más. A diferencia de la cantidad de películas de Hollywood que nos someten al espectáculo triste de una estrella que completó los aportes jubilatorios e intenta pasar por alguien 25 años menor, esta serie se hace cargo de la edad de su protagonista y la exhibe como una virtud. “¡Lo viejo funciona!” exclama el ingeniero electrónico Favalli (César Troncoso) cuando descubre que solo la tecnología moderna quedó anulada por el imprevisible apocalipsis que les toca vivir. En definitiva, la elección de Darín y la conversión de su grupo de amigos en sexagenarios es una bienvenida reivindicación de los mayores en una época que los desprecia en favor de un culto inmerecido a la juventud. Por otro lado, el uso de tecnología perimida, vieja, tal como la radio de onda corta, superpone el presente con el pasado como si ambos convivieran en el mismo espacio y hace que el mundo de la historieta exista en el de su adaptación contemporánea.

Ricardo Darín como el Eternauta, en una escena de la serie

A pesar de todas las diferencias de la serie con el original, hay dos rasgos fundamentales que se mantienen, sin los cuales no sería El Eternauta. En un ensayo ya clásico Juan Sasturain escribió que esta obra de Oesterheld “cambió el domicilio de la aventura”. En efecto, El Eternauta ofrece una experiencia inédita: ubica las escenas maximalistas características del cine norteamericano como la lucha contra un monstruo extraterrestre en calles, avenidas o plazas que un argentino no solo reconoce sino que acaso también haya caminado. Quizá hoy, cuando se puede pedir cualquier imagen a una IA, no parezca gran cosa, pero es difícil exagerar el entusiasmo y la sorpresa que provocaba en los lectores del pasado encontrar bestias gigantes de otro planeta en la cancha de River o marchando por la General Paz. Nunca habíamos tenido algo así. Con su historieta de ciencia ficción argentina, Oesterheld amplió nuestro imaginario, nos autorizó a pensar algo que antes no habíamos pensado. La serie preserva este aspecto e incluso lo potencia porque la imagen cinematográfica es más poderosa que la ilustración para activar los resortes del reconocimiento. Alguien dirá que la Argentina ya está acostumbrada a los escenarios apocalípticos, sin embargo, estos provienen del sistema financiero en vez del espacio exterior y nunca antes habían tenido la forma fascinante de una nevada mortal. Los paisajes característicos de la ciudad que vimos mil veces ahora son nuevos, se muestran reconfigurados por los tropos del género fantástico. Al mismo tiempo que hace extraño lo conocido, la serie refuerza la argentinidad al señalar que estamos en el país de los cacerolazos, en el que no se dice “me voy” sino “me tomo el palo” (la historieta está escrita en un castellano neutro y sin voceo, otro lastre de su época) y en el que un grupo de soldados puede cantar, sumándose uno a uno en un gesto de reconocimiento compartido con los espectadores, “Jugo de tomate frío” de Manal para darse coraje antes de la batalla.

“Nadie se salva solo”

Marcelo Subiotto, Ariel Staltari, César Troncoso y Ricardo Darín

El otro rasgo definitivo que la serie comparte con la historieta está expresado en la elección del eslogan “nadie se salva solo”: el concepto del héroe colectivo, una idea que se asocia mecánicamente con El Eternauta. Es cierto que el protagonismo está repartido entre tres o cuatro amigos, pero ninguno tiene la dimensión de Juan Salvo, quien narra la historia en primera persona y le da título. No solo eso, si se lee con detenimiento qué cuenta el cómic, queda claro que el sentido de “colectivo” es problemático. En principio, porque hay más de uno. Por un lado, están Salvo, Favalli, el tornero Franco, es decir, el grupo de héroes sobre el que reposa la acción, que forman un colectivo bastante laxo y heterodoxo: tienen desacuerdos y cada tanto alguno toma una decisión contraria a la opinión de la mayoría. Por otro lado, hay un colectivo mucho más fuerte, compacto y cercano a la definición estricta del término, dado que actúan obedeciendo a una dirección centralizada: el de los hombres-robots, humanos sometidos al control extraterrestre por un dispositivo que llevan clavado en la nuca.

Este tipo de personaje es característico de la ciencia ficción norteamericana de la década del 50, producida como un estertor de la paranoia macartista y del “red scare” o el miedo al surgimiento de comunismo en los Estados Unidos. Un relato emblemático del período es La Invasión de los ladrones de cuerpos (ya sea la novela de 1954 de Jack Finney o la más popular versión cinematográfica de 1956 de Don Siegel) en el que esporas llegadas del espacio se desarrollan hasta convertirse en réplicas de los seres humanos, aunque con una mentalidad de colmena, un verdadero colectivo sin voluntad individual concentrado en la conquista del planeta. La metáfora paranoica era clara: cualquier vecino puede ser en verdad un comunista bajo el control de la Unión Soviética. Los hombres-robots de Oesterheld son otra versión de la misma idea que abundaba en la ficciones de la época. Probablemente el guionista la haya tomado de Amos de títeres, una novela de Robert Heinlein en la que parásitos venidos de una luna de Saturno invaden el cerebro de los humanos y se apoderan de su voluntad. No solo este concepto esencial de El Eternauta puede rastrearse hasta Heinlein. En un episodio menor de Tropas del Espacio, la ciudad de Buenos Aires es atacada y destruida por una raza de insectos gigantes. Oesterheld era un gran admirador del escritor, a quien solía leer en la revista especializada Más Allá. Considerado el decano de la literatura fantástica norteamericana y uno de los creadores de la ciencia ficción militarizada, Heinlein se definía políticamente como anticomunista y libertario, es decir, alguien que valora más que nada la libertad individual y de las fuerzas del mercado, y sus obras reflejaban esta ideología. Al inspirarse en algunos de sus símbolos, Oesterheld arrastró con ellos su significado. No es nada difícil ver, entonces, a los invasores que obedecen ciegamente una planificación central como el verdadero colectivo que es enfrentado por la iniciativa individual de Salvo, Favalli y algunos otros que se organizan libremente, sin la necesidad de un gobierno que, tras la nevada, ya no existe. Los Cascarudos, los Gurbos, los hombres-robots, controlados a la distancia por un Mano, son torpes y poco eficientes. Aquello que los hace temibles es su número y su fuerza bruta. Sin embargo, pequeños grupos de humanos pueden derrotarlos porque tienen la ventaja de una voluntad propia. La libertad individual triunfa sobre el colectivismo.

Cesar Troncoso es Favalli

La obra de Oesterheld suele ser leída desde la izquierda en otros términos: la invasión es el colonialismo de las potencias centrales, la resistencia de los sobrevivientes es la resistencia peronista tras la proscripción o, incluso, la lucha armada para frenar al capitalismo deshumanizador. Sin embargo, estas lecturas se basan en la historia personal del escritor, quien en los últimos años de su vida hasta su desaparición en 1977, durante la última dictadura militar, integró la organización Montoneros. Su militancia revolucionaria se ve reflejada en su biografía del Che Guevara, en la reescritura que hizo de El Eternauta en 1969 y en la segunda parte de la historieta, escrita tras su pase a la clandestinidad y publicada en 1976. Sin embargo, la primera parte de la historia, creada a fines de los 50, parece más cercana a las ideas del desarrollismo, la teoría económica que postula la industrialización de los países periféricos. De hecho, en varias viñetas puede verse la pintada “Vote Frondizi” y es innegable que Favalli tiene la cara de Rogelio Frigerio, el principal asesor económico del presidente desarrollista. Desde este punto de vista, los protagonistas de la historieta son un reflejo del país frondizista que apuesta a la ciencia y a la tecnología para crecer: Juan Salvo tiene una pequeña fábrica de transformadores, Favalli es un profesor de física y Lucas, un entusiasta de la electrónica. Es decir, si hay un sujeto colectivo representado en El Eternauta es la clase media profesionalizada, emprendedores y pequeños empresarios del sector privado con los que el desarrollismo contaba para industrializar el país. El hecho de que el cómic se centre en un grupo social no quiere decir que el protagonista sea colectivo. Estos son hombres con iniciativa individual y gracias a ella pueden improvisar salidas incluso para problemas impensados como una invasión extraterrestre: con los contenidos de un garaje logran crear un traje aislante para protegerse de la nevada o se las arreglan para reconectar una radio de onda corta y comunicarse con otros sobrevivientes. Como se dijo, son el reverso exacto de la enorme masa sin voluntad propia y dirigida desde lejos, el “aluvión zoológico” de insectos, animales y robots humanos que los atacan.

La serie también preserva a la clase media como sujeto, aunque acusa los golpes de 70 años de degradación. La Argentina representada por Oesterheld ya parece una utopía: ahora hay emigrados de 2001 y empleados con deudas que no pueden pagar un alquiler. Favalli no es un docente de física sino un ingeniero electrónico, de otro modo no podría justificar un chalet de dos plantas en Vicente López y un velero en el Tigre. Los vecinos de zona norte ya no son empleados ferroviarios, como los primeros que vemos morir en la historieta. Uno menciona que se está planeando cercar un área para resguardarla de los habitantes de una villa cercana: incluso en el apocalipsis aspiran a vivir en un barrio cerrado. La idea de que estos personajes integren un colectivo está aun más desdibujada que en el cómic: más bien son un conjunto de individualidades en permanente conflicto. Narrativamente, otra cosa no tendría sentido: ¿para qué tener cuatro o cinco personajes juntos si están siempre de acuerdo y piensan igual? El enfrentamiento entre los protagonistas pasa por escapar a una casa en una isla o quedarse en la ciudad, es decir, salvarse solo o unirse a la resistencia para enfrentar al invasor.

La metáfora de El Eternauta de Oesterheld es un territorio en disputa: ¿habla del colonialismo y la lucha revolucionaria o de la libertad individual frente al colectivismo? Inevitablemente, también lo será esta serie. Acaso sea otra manifestación del eterno drama de la clase media argentina: ante las crisis y gobiernos que arrasan su modo de vida, ¿deciden abandonar, irse o quedarse para intentar recuperar un país normal? Es demasiado pronto para cerrar un sentido: el suceso final de esta primera temporada se ubica en la página 142 de una historieta de 350. No es demasiado pronto, sin embargo, para tener ganas de que ya llegue la segunda.

La banda sonora de El Eternauta: la lista de canciones que suenan en la serie del momento de Netflix

ATENCIÓN, ESTA NOTA CONTIENE SPOILERS

“La brújula anda bien. Lo que se rompió es el mundo. El mundo tal y como lo conocíamos desapareció para siempre”, le dice Alfredo Favalli a Juan Salvo en el tercer episodio de El Eternauta. La serie, basada en la historieta escrita por Héctor Germán Oesterheld y dibujada por Francisco Solano López, llegó a Netflix y se convirtió en un verdadero furor. El éxito no solo se refleja al ver el título encabezar el ranking de las series más vistas de la plataforma en la argentina, sino que además de los elogios de la crítica, en las redes sociales los usuarios celebran el nivel de producción y expresan su emoción al ver las locaciones de Buenos Aires cubiertas de nieve.

A lo largo de los seis episodios de El Eternauta se pueden escuchar canciones de Soda Stereo, Manal, Divididos y El Reloj

Se puede hablar de El Eternauta desde distintos focos: las actuaciones de Ricardo Darín, Carla Peterson, César Troncoso, Andrea Pietra, Ariel Staltari y Marcelo Subiotto, además de la adaptación del cómic a la pantalla, las locaciones y la lucha colectiva para sobrevivir. Pero, en esta serie hay algo que tiene mucha trascendencia: la banda sonora. Además de la música original, creada por Federico Jusid, a lo largo de los seis episodios se pueden escuchar distintas canciones nacionales que justamente cuentan la historia y forman parte fundamental de ella. Desde la voz de Mercedes Sosa hasta Intoxicados, a continuación todos los temas que aparecen.

La primera temporada de El Eternauta ya está disponible en Netflix

1) “No pibe” de Manal

Suena en el inicio del primer episodio, mientras en Puente Saavedra hay un cacerolazo de vecinos que reclaman por los cortes de luz. Frenado en el tránsito junto a sus amigos, Juan Salvo (Ricardo Darín) comienza a cantarla a capela para “hacer tiempo” hasta que los dejen avanzar con su auto.

La inclusión de esta canción fue “azarosa”. El director, Bruno Stagnaro, contó en una entrevista con Javi Ponzo que si bien es una escena introductoria, es “muy valiosa” porque representa “una síntesis” del trabajo. “En un momento de espera, cuando no estábamos filmando, Ricardo Darín se puso realmente cantarla y yo sentí que eso que él estaba haciendo formaba parte de lo que teníamos que incluir. Se lo fui a plantear y finalmente quedó”, dijo y explicó que el tema atraviesa distintas partes del relato y llega a su punto culmine en el sexto capítulo en un contexto completamente distinto.

“Fue genial y además tiene dos posibilidades de análisis porque en realidad estábamos en una espera típica de rodaje con un quilombo por delante de producción y dirección. Era un montón de gente en una manifestación con el cacerolazo y estábamos con Claudio Martínez Bel y Ariel Staltari esperando y de la nada, solamente por estar en un auto, empecé con ‘hay que tener un auto’, medio exagerado, y viene corriendo el asistente de Bruno y dice ‘eso, arranquen así’”, relató Ricardo en la misma entrevista.

2) “El magnetismo” de Él Mató a un Policía Motorizado

Suena al final del segundo capítulo cuando Juan es rescatado por sus amigos de la letal nieve. A bordo de una camioneta vieja que arregló Alfredo Favalli (César Troncoso), vuelven a su “guarida”. Mientras tanto, en el cielo se ven las ráfagas de luz roja que evidencian que la amenaza y el enemigo están cada vez más cerca.

“El magnetismo” del grupo Él Mató a un Policía Motorizado suena al final del segundo episodio

3) “Fuego” de Intoxicados

Se escucha en la apertura del tercer episodio en el que se introduce la historia de Inga (Orianna Cárdenas), una joven repartidora venezolana que termina refugiada con el grupo. En la escena en cuestión se puede ver el momento en el que ella reemplaza a su hermano, quien era en realidad el que tenía que cumplir con la entrega, para que este pudiera continuar con su partido de fútbol. Esta decisión es la que termina salvándole la vida.

4) “Cuando pase el temblor” de Soda Stereo

Una de las escenas claves de la serie. La mujer que le robó el auto a Juan encuentra dentro del vehículo un casete de Soda Stereo. “Al fin algo como la gente”, dice, y reproduce la canción. Mientras canta, afuera su novio es víctima de uno de los invasores. Ella advierte la situación y entre gritos es atacada por uno de los bichos y termina al costado de un barranco con el auto boca arriba. La canción vuelve a sonar en los créditos finales.

5) “Credo” (Chacarera Trunca) en la voz de Mercedes Sosa

Musicaliza uno de los momentos más importantes y apasionantes de la serie en el que Juan y las personas refugiadas en la iglesia buscan un pasadizo en la calle para regresar a su casa. Los bichos los encuentran y, para despistar a las criaturas y salvarlos, dos personas que quedaron en la catedral, la hacen arder.

«Credo» de Mercedes Sosa

6) “Caminito” en la voz de Carlos Gardel

Suena en los créditos finales del cuarto capítulo.

7) “Salgan al sol” de Divididos

La canta a capela Lucas (Marcelo Subiotto) en la primera parte del quinto episodio, cuando se dirigen a bordo de la casa rodante a la isla en Tigre, donde está la casa de Favalli para refugiarse. Pero, nunca llegan a destino.

En el quinto episodio Lucas (Marcelo Subiotto) canta

8) “Chacarera del rancho” de Los Nocheros

Es interpretada en el capítulo cinco con guitarra y bombo por algunos de los refugiados del supermercado al que llegan Juan y su banda durante una cena.

9) “Let it Snow” de Dean Martin

Suena en la apertura del sexto capítulo mientras Juan Salvo está en un centro comercial haciendo las compras de Navidad y mantiene una charla con una mujer a la que se enfrentó, de la peor manera, en el capítulo anterior durante el ataque al centro comercial.

10) “Auld Lang Syne”, de Robert Burns

Es interpretada en español en la mitad del sexto capítulo por algunos integrantes de “la resistencia” durante el entierro de Micky (Joaquín Acebo), quien murió tras el brutal ataque al comercio donde se refugiaban los sobrevivientes.

11) “Jugo de tomate frío” de Manal

Juan Salvo la interpreta en el sexto capítulo e invita al resto de los refugiados, que viajan en el tren que está a punto de estrellarse, a sumarse. En la entrevista con Javi Ponzo, el director contó que este momento de la serie está conectado con la primera escena de la historia, en la que “de imprevisto” Darín comenzó a cantar el tema de Manal, que finalmente fue incluido en la escena. “De un modo muy azaroso, regreso esa misma mística y vuelve a cantar a capela en un contexto de la invasión y la lucha”, explicó.

Durante la serie, Juan Salvo interpreta a capela dos temas de Manal,

12) “El blues del atardecer”, de El Reloj

Cuando Juan y sus amigos se instalan en un departamento para pasar la noche, ‘Tano’ encuentra un vinilo de El Reloj y lo coloca en el tocadiscos. La canción musicaliza una partida de truco, tal y como en el primer episodio, pero al final del juego, la situación se sale de control.

“El blues del atardecer”, de El Reloj, musicaliza la última partida de truco del grupo

13) “Porque hoy nací”, de Manal

Suena en los créditos finales del último capítulo, justo después de que Juan Salvo descubre quién es el verdadero enemigo. Forma parte de un final abierto, puesto que ya se confirmó que la serie tendrá una segunda temporada.

El Eternauta: el final de la serie explicado

ATENCIÓN, ESTA NOTA CONTIENE SPOILERS

Una de las producciones argentinas más esperadas de los últimos años desembarcó oficialmente en Netflix y causó una verdadera revolución. A pocas horas de su estreno, El Eternauta, una adaptación del cómic escrito por Héctor Germán Oesterheld y con dibujos de Francisco Solano López, con Ricardo Darín como Juan Salvo y la dirección de Bruno Stagnaro, ya se volvió tema de conversación en las redes sociales.

Los usuarios quedaron fascinados al ver en la pantalla distintas locaciones de Buenos Aires cubiertas de nieve e invadidas por bichos gigantes. Pero, aunque ya se confirmó oficialmente que habrá una segunda temporada, el final de la primera parte dejó a los espectadores con algunas preguntas.

El Eternauta, en Netflix: el tráiler de la serie con Ricardo Darín

La historieta en la cual está basada la serie se publicó entre 1957 y 1959 en formato serializado en la revista Hora Cero Semanal. Con el correr de los años, se convirtió en un clásico de la ciencia ficción argentina y lectura obligatoria en varios colegios secundarios. La historia, ambientada en Buenos Aires, comienza durante una noche de verano en la que se corta la luz y cae una nevada mortal que obliga a las personas a refugiarse y buscar la forma de sobrevivir. Pero, la toxicidad del ambiente y los letales bichos gigantes que aparecen no son la única amenaza, sino que se enfrentan a una fuerza misteriosa y mucho más poderosa. Juan Salvo y su grupo de amigos se darán cuenta de que si quieren vivir, tendrán que trabajar juntos, porque solo nadie se salva.

La primera temporada de la serie tiene seis capítulos de entre 45 minutos y una hora de duración. Aunque Darín ya confirmó que la historia continuará, esta entrega tuvo un final abierto lleno de interrogantes.

Tras superar la nieve y sobrevivir a un ataque en un shopping, Juan Salvo y su familia se dirigen a Campo de Mayo, donde está la llamada “resistencia”. Tras unos días allí, se sube a un tren con sus amigos y un grupo de sobrevivientes y cruzan la ciudad para dar un mensaje por radio para alertar sobre la situación. Si bien logran el objetivo, las cosas se salen de control rápidamente.

Los primeros seis episodios de El Eternauta ya están disponibles en Netflix

En el último episodio, durante una partida de truco nocturna, Lucas (Marcelo Subiotto) pierde los estribos y apuñala a Omar (Ariel Staltari). Mientras Alfredo Favalli (César Troncoso) cuida a su amigo herido, Juan Salvo sale a perseguir a Lucas. Lo encuentra en la terraza del edificio, parado al borde del abismo. Detrás de él está la cancha de River, bañado en una luz azul. “Está relampagueando”, dice con una sonrisa y, acto seguido, se lanza al vacío.

Las acciones de Lucas, su agresividad y violencia también se ven reflejadas en otros integrantes de la resistencia quienes, inesperadamente, comienzan a atacar a Juan Salvo y su grupo. Ellos piensan que se “cambiaron de bando” y los traicionaron, así que se suben a un tren y se escapan. Mientras Favalli vuelve Campo de Mayo para avisarle al resto lo que pasó, Juan va con Franco (Jorge Sesán), el maquinista, y se dirigen a la cancha de River para investigar la misteriosa luz. Cuando llegan, se encuentran con un escenario espeluznante.

Según se pudo deducir del final de la serie, Clara, la hija de Juan, estaría controlada por los invasores

Llegan a la cima de un edificio para tener una mejor visual y ahí Juan tiene una revelación: a lo largo de la historia tuvo una serie de flashes que en realidad eran visiones sobre el futuro. Eso que imaginó finalmente estaba sucediendo. “Yo estuve acá antes. Esto ya lo viví”, dice. Desde allí ven a un ejército de personas armadas, incluida la joven que vio en el tren mientras buscaba a su hija, y los bichos. En el centro hay una luz azul que esconde a una figura de manos largas y muchos dedos, una suerte de mitad humano y mitad extraterrestre. “Ese es el verdadero enemigo”, afirma Juan. “Esa cosa los controla, son como robots”, reconoce Franco.

Al final de la primera temporada, Juan Salvo entiende que enfrentan un peligro mucho más grande del que imaginaban

En los segundos finales, Salvo tiene una suerte de visión en la que ve a su hija Clara, que está en Campo de Mayo, practicando tiro, cuando él le prohibió agarrar un arma. Por la expresión de ella, y teniendo en cuenta las situaciones pasadas (como por ejemplo que no recordaba haber estado en el velero de su padrino), parecería que también está siendo manipulada mentalmente por los invasores. La cuenta de YouTube Resumiendo (series) explicó la serie y sobre este tema señaló: “Juan comprende que su hija en algún momento de regreso a casa fue controlada por la mano y que este extraterrestre es realmente el enemigo al que se enfrenta”. Al final de la primera temporada, Juan entiende que todo lo que vivieron era solo el comienzo y que los espera un enemigo aún más grande.

El final abierto planteó varios interrogantes. ¿Qué o quién está detrás de la invasión? ¿Cómo se formó el ejército? ¿Favalli logró llegar a Campo de Mayo? ¿Clara está siendo manipulada por los invasores? Estos interrogantes podrían ser respondidos en la segunda temporada. El propio Ricardo Darín contó en Olga que van a contar “toda la historia, de principio a fin. Y el final de la primera temporada no concluye”. Sin embargo, no hay fecha de estreno, puesto que además remarcó que aún no comenzaron a grabar.